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Resumen ejecutivo:
Los intensos diálogos recientes centrados en alcanzar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios ante retos como el cambio climático, la degradación de los suelos, las pandemias y la pobreza rural, entre otros, han resaltado la relevancia de la innovación. La innovación debe entenderse en un sentido amplio que involucra más allá de tecnología. Así, hablamos de innovaciones tecnológicas, como por ejemplo variedades de cultivos resistentes a enfermedades y plagas o tolerantes a la sequía; organizacionales, como esquemas de comercialización novedosos; o institucionales, como el uso de planes de garantía de crédito y seguros basados en índices para reducir el riesgo. Muchos procesos innovadores son desatados por los mismos actores dentro de las cadenas de valor, sin intervención ni apoyo de “expertos”.
Fomentar y escalar procesos de innovación requiere entender las interacciones complejas entre personas y organizaciones, y los factores biofísicos, sociales, económicos e institucionales que afectan estas interacciones. No se trata de “trasladar” una práctica que funciona bien en un lugar esperando que funcione de igual forma en otro. En consecuencia, se necesitan nuevos tipos de conocimientos y habilidades, tanto técnicas como funcionales o blandas.
Frecuentemente se da por hecho que los facilitadores de procesos de innovación poseen las capacidades funcionales que requieren para potenciarla. Un análisis realizado en 2020 por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y de la Red Latinoamericana de Servicios de Extensión Rural (RELASER), apoyado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reveló que muchas organizaciones de los sistemas de innovación agrícola (SIA) tienen serias deficiencias para cumplir con su función de facilitación y apoyo. La reflexión en apoyo a plataformas y foros de innovación de la región ha revelado que una buena atención al fortalecimiento de las capacidades técnicas y funcionales de los actores de los SIA permitirá desatar innovación, especialmente en beneficio de los productores familiares y otros pequeños empresarios agrícolas.
Esta guía es parte de las actividades del plan de acción siendo implementado por IICA y RELASER para contribuir a fortalecer los SIA en América Latina y el Caribe (ALC). El propósito de esta guía es contribuir al desarrollo de las capacidades funcionales entre individuos y organizaciones que apoyan la innovación en la región. En la guía se ha utilizado el marco común para el desarrollo de capacidades promovido por la Plataforma de Agricultura Tropical (TAP, por sus siglas en inglés), con el fin de identificar y reforzar las capacidades funcionales clave en organizaciones e individuos. De acuerdo con marco común, el fortalecimiento de las capacidades funcionales permite a los actores reflexionar y aprender, colaborar, navegar la complejidad, y participar en estrategias y procesos políticos. Además, permite enfocar en el futuro y no solamente en resolver problemas del presente. La guía contiene 11 capítulos que incluyen una breve introducción que resalta los antecedentes teóricos y aplicados de la sección, e introduce marcos conceptuales y figuras clave. Se presentan metodologías para el análisis con las herramientas para cada paso, y al menos un ejercicio para fortalecer el aprendizaje de cada tema. Además, se incluyen referencias y enlaces a recursos, herramientas y metodologías específicas para que el interesado pueda continuar su aprendizaje por su propia cuenta.
Después de presentar una introducción general y la guía, en el capítulo 3 se discute el marco general sobre SIA, innovación y el fortalecimiento de las capacidades. Se destacan las capacidades para (1) manejar la complejidad, (2) colaboración, (3) reflexión y aprendizaje, y (4) involucrarse en procesos políticos y estratégicos, que unidas conducen a la (5) capacidad de adaptación y respuesta ara aprovechar el potencial de la innovación.
El capítulo 4 se enfoca en cómo diseñar el proceso para fortalecer las capacidades en SIA y nichos de innovación, donde se considera como la base el trabajo con múltiples partes interesadas. Aquí se hace una reflexión sobre la importancia de la planeación adaptativa de los procesos de innovación con plataformas de múltiples actores y en los nichos, que deben estar basadas en confianza y una visión compartida que responde a retos y oportunidades.
En el capítulo 5 se aborda la evaluación de las necesidades de fortalecimiento de capacidades funcionales para tener una base para diseñar el proceso, explicando por qué es importante realizarla, y ofreciendo recursos del proyecto “Desarrollo de Capacidades para Sistemas de Innovación Agropecuaria (CDAIS, por sus siglas en inglés).
El capítulo 6 se centra en cómo desarrollar el liderazgo para la innovación, lo cual representa una capacidad funcional clave para que individuos y organizaciones fomenten procesos de innovación.
El capítulo 7, denominado “Facilitando el involucramiento de múltiples partes interesadas (stakeholders)”, brinda las herramientas para facilitar los procesos de innovación en donde participan individuos y organizaciones de muchos sectores, no solo el agrícola.
En el capítulo 8 se desarrolla el tema sobre cómo promover la acción colectiva, los disparadores y factores de éxito que conducen a la innovación. Se presentan tres diferentes impulsores del compromiso para detonar la innovación: la motivación, el conocimiento y el empoderamiento, y las funciones de cada una de estas capacidades.
La gestión de alianzas para la innovación se discute ampliamente en el capítulo 9. Se presentan los pasos para la facilitación de alianzas exitosas en nichos y en los SIA, y se presenta el caso de las mesas climáticas en Colombia con varias preguntas para reflexionar.
El capítulo 10 presenta la gestión del conocimiento con un marco conceptual, principios e ideas para las organizaciones. Se explica que en el contexto de un SIA entran muchas formas de conocimiento, como son el tácito, el explícito, el implícito, el incorporado y el establecido.
Estos diversos tipos de conocimiento forman la base del proceso de gestión que involucra crear, adquirir, almacenar, integrar, analizar y compartir estas formas de conocimiento en un contexto específico de sistema, donde participan muchas partes diferentes.
Finalmente, se presentan unas reflexiones muy breves sobre la necesidad de fortalecer las capacidades funcionales además de las técnicas en proyectos de innovación. Se recuerda que las capacidades funcionales en los individuos son una combinación de habilidades interpersonales, habilidades sociales, habilidades de comunicación, rasgos de carácter o personalidad, actitudes, atributos profesionales, cocientes de inteligencia social e inteligencia emocional, entre otros, que permiten navegar en los entornos, trabajar bien con los demás, y lograr objetivos.
Se espera que este documento sea un recurso útil para los profesionales que facilitan plataformas de múltiples actores y contribuyen a la innovación en la agricultura de ALC.